21.3.08

El que no salta / es un decadente enemigo del centralismo democrático popular

De lo justo (27 de febrero de 1957).

Cómo determinar, se preguntaba Mao,
en el cuadro de la vida política
del pueblo chino, si nuestras
palabras y nuestros actos
son justos, o si son erróneos.

Y decía que es justo lo que 1) contribuye
a la unidad de las variadas nacionalidades
que pueblan el territorio de China,
y que es erróneo lo que va a contramano
de este movimiento; y que es justo
2) lo que favorece la transformación
y la edificación socialistas, e injusto,
erróneo, temible lo que debilita
esta transformación y esta edificación
del socialismo en China; y 3)
que justo es lo que refuerza
la dictadura democrático-popular,
y desacertado, innoble,
injusto aquello que le quita
su fuerza y su peso; pues 4)
justo es lo que estimula
el centralismo democrático chino
y erróneo lo que lo desfavorece;
y 5) justo es lo que refuerza
el mando ejercido por el Partido
Comunista Chino, y no lo es,
aquello que en lugar de reforzarlo,
lo aminora, así como 6) lo que favorece
la solidaridad internacional socialista
y la solidaridad de todos los pueblos
pacíficos es justo, mientras no lo es,
lo que acarrea perjuicio a las dos formas
de solidaridad internacional mencionadas;
y de estos seis criterios, aclaró Mao,
los más importantes, es decir,
los más justos, son aquel referente
a la vía socialista y aquel otro tocante al rol
director del Partido. Pues "justo" es
palabra que para un buen comunista significa
aproximativamente lo mismo que "eficaz".

Y así Mao saldaba, con enorme clarividencia,
la cuestión tan mortificante
de cómo debemos entender y aplicar,
una vez apocados al movimiento revolucionario,
el concepto de justicia.